De Tahrir a Gamonal: la calle global y el hacer la política

De Tahrir a Gamonal: la calle global y el hacer la política





En el nuevo ciclo de luchas que arrancó con las revoluciones árabes, el espacio urbano se transformó en la calle global
Las
resistencias del parque Gezi en Estambul, Hamburgo o Gamonal
constituyen bloqueos a las prácticas espaciales neoliberales del
urbanismo


Nadie esperaba que la lucha vecinal del Parque Gezi de
Estambul que empezó en 2012 fuese a transformarse en una de las mayores
revueltas de la historia turca. Pocos intuían que la movilidad urbana
encendería las protestas de Brasil de 2013. Mucho menos, que las
peticiones del Passe Livre brasileño abrirían el abanico a otras
cuestiones urbanas en Fortaleza (Parque Cocó) o Río de Janeiro
(desalojos). El estallido del barrio obrero de Gamonal en Burgos contra
un boulevar creó una sorprendente ola de solidaridad e información expandida.

¿Existe algún tipo de conexión entre los movimientos urbanos que
estallaron en el mundo tras la batalla del Parque Gezi? ¿Qué tiene que
ver la lucha contra la especulación inmobiliaria del Parque Augusta (São
Paulo) con las protestas contra una reforma urbana “de arriba-abajo” en Hamburgo?
¿Alguna semejanza entre las luchas de la Plataforma de Afectados de la
Hipoteca (PAH) de España y los Comités Populares de la Copa de Brasil?
El informe "World Protest 2006-20013",
de la Friedrich Ebert Stiftung, que estudia las 843 grandes revueltas
del periodo, destaca la importancia de las ocupaciones, asambleas
urbanas, desobediencia o acciones directas (366, de las 843). Sin
embargo, lo urbano se considera medio y no causa o fin. Pero
precisamente las revueltas de Turquía, Brasil o Gamonal muestran una
radical novedad. En todas ellas, lo urbano es simultáneamente causa y
espacio de lucha, objetivo y interfaz de participación política. ¿Podría
aplicarse a Gamonal el concepto de Global Street que la socióloga
holandesa Saskia Sassen acuñó tras las revueltas de los países árabes?
¿O encaja mejor la tesis de las "ciudades rebeldes" contra el "urbanismo
parasitario" de David Harvey?
Saskia Sassen conceptualiza la idea de "calle global" a partir de las
ocupaciones de los centros urbanos de las revoluciones árabes. La calle
global es una respuesta autocrítica a su idea de Global City, la urbe de
la economía globalizada. Calle global: espacio público "duro" donde los
que no tienen poder producen "situaciones complejas" y consiguen "hacer
la política". La calle global no es sólo un espacio físico, sino un
espacio semántico. En ella ocurren discusiones que de otra manera no
sucederían. La calle global existe cuando se activa un bloqueo físico al
poder: vehículos militares en El Cairo, máquinas de construcción en
Estambul o Burgos. Además, Sassen introduce un matiz interesante al
término street (que implica acción), para diferenciarlo de boulevard o piazza.  
 
La viralidad de la calle global
El 14 de enero apareció una pintada en Estambul, #DirenGamonal,
relacionando Gamonal con Gezi Park (#DirenGezi). "Diren" significa
"resistencia" en turco. Curiosamente, en España ya se usaba el hashtag
#GamonalResiste. Y la información fluía en turco desde múltiples cuentas
y etiquetas. El influyente colectivo turco RedHack entendía el día 13 a
Gamonal como una mutación de la lucha de Gezi. Por otro lado, IMECE ("Movimiento por el urbanismo de la gente") envió el día 16 un mensaje a Hamburgo y Gamonal: "Abrazamos el camino iluminado por las barricadas de Hamburgo y Gamonal. ¡Resistiremos! ¡Resiste Hamburgo! ¡Resiste Gamonal!”.
¿La conexión de Estambul con Gamonal es emocional? ¿Comparten causas,
imaginario y algunos métodos? ¿O algo más? ¿Cómo llegó #Gamonal a ser viral global
el día 14? En la era red, cualquier intento de linealidad o de
causalidad directa es insuficiente. La secuencia violencia policial +
indignación + empoderamiento existió en el proceso 15M, como prueba el
estudio "Emociones 15M". Y la misma secuencia de violencia policial y desprecio del establishment
generó una revuelta de causas / malestares ensamblados en Turquía y
Brasil, lo que marca ya claras diferencias con el caso Gamonal, como apunta Juan Luis Sánchez.
La conexión - no lineal, no causal - de Turquía y Brasil aparece en la
visualización de redes de Interagentes sobre la movilización del 6 de junio de São Paulo,
con la destacada presencia de dos cuentas turcas (Recep Tayyip Erdoğan y
Diren Gezi Parkı). A falta de un estudio global riguroso, existen
evidencias de fato (causas, formatos, consignas)que
relacionan las luchas. Y una fuerte matriz urbana común. En Fortaleza,
el movimiento Salve o Cocó gritaba en junio "el parque Cocó es nuestro
parque Gezi". En Belo Horizonte, el contacto de colectivos turcos con brasileños creó incluso un acto llamado Turquía libre.
En Río de Janeiro, donde el capitalismo urbanístico fuerza el desalojo
de miles de familias, uno de los gritos fue "acabó la buena vida, Río va
a convertirse en otra Turquía”). "Taksim es nuestro", coreaban en la
plaza de Taksim en noviembre de 2012.
"La calle es nuestra", lucía en una pancarta de Gamonal. "No es por un
parque", gritaban en Estambul tras la violencia policial. "No es por un
Bulevar", afirmaban en Gamonal.
¿Casualidad o contagio? ¿Qué habría sido de las luchas vecinales de los
años setenta con la existencia de Internet? ¿Hasta qué punto han
influido las redes –analógicas, digitales, locales, internacionales–
previas al estallido burgalés? El sistema red de asociaciones vecinales y
el ensamblaje humano de la comunidad Gamonal fueron importantes,
como lo fue la red de mezquitas en las revueltas de El Cairo, según
Sassen. Pero también es bastante visible cómo el sistema red 15M, tal
como se define en el estudio "Tecnopolítica: la potencia de las multitudes conectadas", ha sido clave en la viralización del #EfectoGamonal.
Un sistema red que forzó a los medios a hablar de Gamonal, expandió
globalmente la información y conectó luchas. La calle global es calle
glocal. Y está hecha de adoquines y píxeles.

Movimiento por un urbanismo de la gente
Sin
que existan respuestas categóricas, podríamos afirmar que la cuestión
urbana gana protagonismo. Causa-objetivo, motivo-proceso. Revueltas
urbanas en genealogía y espacialidad que podría confirmar la era de las
'Ciudades Rebeldes' preconizada por David Harvey. Las revueltas de Gezi,
de hecho, rescataron el "derecho a la ciudad" del que hablaba Henry
Lefebvre en 1967. Un derecho que implica la capacidad de controlar,
dirigir y guiar el desarrollo urbano por parte de la gente. De hecho,
desde el estallido de las revoluciones árabes algunas tesis urbanas
refuerzan su sentido. La PostMetrópolis de Edward J. Soja, basada
en la segregación espacial y los templos de consumo, es el paisaje de
las últimas revueltas. Antonio Negri y Michael Hardt, en sus aclamados Multitud y Commonwealth,
afirman que la ciudad es para la multitud lo que la fábrica fue para la
clase obrera. "Demasiado tiempo sin derecho a la ciudad", escribe Ángel
Luis Lara en Gamonal Mixtape.

¿Se puede aplicar el concepto de Global Street de Sassen a las revueltas de Hamburgo o Gamonal? ¿Hasta qué punto los riots
de Londres de 2011 tienen que ver con las protestas de la periferia de
Estocolmo de 2013? ¿Se conectarán las diferentes luchas locales? Tal
vez. La conexión por la movilidad urbana están íntimamente conectadas.
Las campañas de #tarifazero y #passelivre de Brasil dialogan
directamente con el #posmesalto mexicano, con el colectivo sueco Planka
o las acciones #Stoppujadestransport España. Son luchas, movimientos,
acciones y/o tácticas comunes. Son bloqueos de la multitud contra el
neoliberalismo autoritario reflejado en los vídeos de los planes
urbanísticos de Burgos, Estambul o Belo Horizonte .
Y las consignas de la calle global desembocan en un deseo de
participación política. Saltar el torniquete en México, como sugiere este vídeo es luchar por “una democracia más participativa”. ¡Es la política de lo común, estúpido!
Gamonal abre un camino de empoderamiento organizativo,
simbólico, transterritorial. El imaginario proletario del siglo XIX y XX
se expandían a lo largo de los años, forjando un internacionalismo de
clase. Las consignas de la multitud conectada explotan en la otra punta
del planeta con apenas horas de diferencia. Estallan resignificadas,
pero conectadas de alguna forma. Gezi, Hamburgo y Gamonal, como parte de
la constitución de la calle global, son laboratorios del conflicto de
la ciudad genérica contemporánea .
Con una urbanidad dominada por caciques locales y las gangs del
capitalismo financiero, la calle global alumbra la invención de nuevas
formas de instituciones urbanas. Nuevas funciones legislativas,
ejecutivas y judiciales que permitan un modelo basado en la defensa de
lo común. La consecuencia de esta conexión urbana, subjetiva y
transnacional todavía es un misterio. Pero algo, de Estambul a Burgos,
de Hamburgo a Río de Janeiro, se cocina en las ciudades rebeldes, en la
calle global. La respuesta podría surgir de una remezcla de una frase
del Derecho a la Ciudad de Henry Lefebvre, tan influyente en mayo
del 68, tan citado en la era de las revueltas conectadas: "La ciudad no
es un libro acabado, sino el lenguaje de la gente".

 


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